Artículo de opinión

¿Habéis visto alguna vez el comportamiento de un pingüino? Son unos animalitos que viven en lugares donde hace muuucho frío. Se mueven a pasitos cortos, con unos movimientos oscilantes a los lados muy graciosos y con los «brazos» pegados al cuerpo, que yo creo que es para pasar menos frío. Viven en grandes comunidades, como si fueran grandes familias.

¿Y ninguno habrá pensado en trasladarse a un lugar más cálido? Porque la Patagonia debe ser muy bonita pero tiene que haber unos vientos gélidos poco más o menos como los que corren en la Facultad de Educación de la UMA, que siempre están las puertas de los patios abiertas, bueno de hecho hay una puerta que no existe, eso sí, tiene su hueco hecho y todo.

Lo que yo no sé, porque no es que haya estudiado mucho sobre la forma de convivir de estos animales, es si tendrán grandes dirigentes. Si los tienen, les debe ir tan bien como a los nuestros. Vamos, que no se preocupan de algunas cosillas importantes.

Tenemos más semejanzas con los pingüinos. Ellos no deben haber descubierto que hay un sistema mediante el que se puede obtener calor, sí, lo llamamos calefacción. Pensaremos: es normal, son animales. Pero es que los que componen y toman las decisiones sobre equipamiento e infraestructuras en nuestra facultad parece ser que tampoco, ¿son ellos unos pocos pingüinos listos que han decidido convivir entre nosotros? Es para planteárselo.

Yo creo que sé la razón por la que han decidido no instalar la calefacción, una es el dinero, como para todo, la otra es que ellos ya tienen en su «Patagonia Particular», desde donde toman sus decisiones, su preciada calefacción.

Señores, tengan cuidado, que se acerca el frío y comienza nuestra metamorfosis: póngase un abrigo negro, una buena bufanda blanca, peguen sus brazos al cuerpo y anden a pasitos cortos, que así parece que se pasa menos frío.